Control de la temperatura para la legionella
Calor y Legionella.
La temperatura de distribución del agua debe ser siempre de al menos 50 grados, pero se aconseja que sea superior a 55 en entornos delicados como residencias de ancianos o centros geriátricos.
Al minuto de abrir completamente el grifo o el dispositivo de drenaje, se deben alcanzar las temperaturas.
En todo momento la temperatura del acumulador centralizado de agua debe ser de al menos 60 grados.
Para desinfectar el agua mediante el ciclo antilegionella, el sistema de calefacción debe ser capaz de elevar la temperatura del agua al menos a 70 grados en los tanques de almacenamiento y al menos a 60 grados en el punto más alejado de la red de distribución.